El archipiélago de Madeira está compuesto por un total de cinco islas de las cuales únicamente Porto Santo y Madeira están habitadas. Está situado a solo 500 kilómetros de la costa africana y a 1.000 de Portugal, y a pesar de estar a menos de dos horas en avión desde Madrid, no es muy frecuentado por turistas españoles.
Uno de los puntos fuertes de la isla de Madeira es su clima. Gracias a sus privilegiadas temperaturas, Madeira ofrece la posibilidad de disfrutar de la playa durante prácticamente todo el año y lucir palmito con un bikini de Red Point.
En la isla de Madeira existen varias playas con aguas cristalinas como Prainha situada en Caniçal, la playa de Porto en Seixal o la playa de Alagoa en Porto da Cruz. Además, en Madeira encontraremos las piscinas naturales de Porto Moniz y Seixal. Son de agua salada y están formadas por rocas volcánicas, donde el mar entra de forma natural.
Los que elijan la isla de Porto Santo también podrán disfrutar de la playa. La Isla de Porto Santo cuenta con 9 kilómetros de playa de arena dorada y fina. Como curiosidad, en Vila Baleira, la ciudad principal de esta isla, vivió Cristobal Colón, por lo que se puede visitar la Casa Museo Cristóbal Colón.
Pero Madeira tiene más cosas que playa. Funchal, la capital, concentra la mayor parte de la vida social y cultural de la isla. También son reconocidos sus vinos; a día de hoy existen hasta 30 variedades de uvas diferentes cultivándose en Madeira. Cabo Girão, el mirador más alto de la isla a 580 metros sobre el mar ofrece las mejores vistas de la isla. Câmara de Lobos es un pueblo que también merece una visita al igual que la famosa Punta de San Lorezo: una estrecha lengua de tierra que se adentra en el mar dando forma al extremo noreste de Madeira.